LOS O'CONNOR- Cap. 5º / Los amigos y regreso a España
BRENDAN |
IRIS |
Habian transcurrido los días. Casi un mes, desde que Iris vivia con los O'Connor en Irlanda. Se había integrado en la pandilla de amigos que Brendan y Thomas tenían. Hermanado con Maureen y, todos juntos hacían excursiones por la comarca.
Brendan guardaba las distancias con ella, seguía igual de frio y aunque ella trataba de hacerse la simpática con él, terminaba por dar media vuelta e irse a otro grupo de amigos que fuesen más divertidos. Algunos chicos se dieron cuenta de que para Iris , Brendan no era indifirente y empezaron a hacer bromas con él de que no sería capaz de conquistar a aquella bonita chica que vino de Iberia y que estaba pendiente de él. A Brendan no le gustaban aquellas bromas, y en el fondo de su pensamiento creia que no era correcto reirse de aquella muchacha adolescente, que además estaba bajo el patrocinio de su tio preferido, y de su padre.
Algo en su interior empezó a "moverse". Ya no le resultaba tan insoportable aquella mojigata, tímida, que siempre sonreia y que se había ganado el afecto de su familia, pero el suyo no ¿ por qué, por qué no bromeaba con ella como lo hacía Thomas o el mismo Clive, su amigo del alma?.
En una de las salidas en que las chicas estaban todas reunidas aparte de los chicos, éstos apostaron a que Brendan seduciría a Iris antes de que ella partiera de regreso a su país. En un principio él se negó, no le parecía ni justo ni ético, pero al final cedió aunque no marcó la fecha, no sería inmediata; primero la tenía que conquistar para que ella no se negase.
Empezó a esgrimir las armas de seducción que empleaba con otras chicas para ligar con ellas. No necesitó mucho tiempo, puesto que Iris ya se había enamorado de él aunque trataba de disimularlo todo lo que podía,pero sus miradas hacia Brendan la delataban.
Faltaba poco menos de un mes para finalizar las vacaciones de verano. Un domingo Brendan invitó a Iris a una excursión para mostrarle un lugar encantado, donde los druidas hacían sus ceremonias. Ella encantada dijo sí al instante ante la perspectiva de pasar una mañana con Brendan y de conocer el lugar donde habían vivido siglos atrás las hadas, los brujos, los duendes de tantas historias narradas por su padrino cuando era pequeña.
Llegaron al lugar elegido por Brendan; en verdad era maravilloso, el paisaje, la belleza del lugar, los dólmenes, el mar tan cerca todo era un conjunto de belleza que ella descubrió, preparado su corazón para recibir todas aquellas señales que el destino le enviaba y que estaba dispuesta a recibir de la mano de su amor recién descubierto.
Y fué el entorno, la mirada de Brendan, intensa como nunca le había mirado, lo que la hizo entornar los ojos al tiempo que él depositaba un breve beso sobre los labios de ella. Lo siguiente apenas si se dió cuenta de cómo ocurrió; se sintió abrazada por él que le acariciaba el cabello y besaba sus mejillas cada vez con más intensidad y ella autorizaba todas aquellas caricias sintiéndose flotar en una nube. Poco a poco las caricias se hicieron bruscas de repente, ella se sintió asustada porque aquello no era como al principio. Había violencia y sintió miedo a lo que pudiera ocurrir y trató de desasirse de sus brazos que cada vez eran más fuertes. Empezó a gritar, No, no, basta. Pero él no aflojaba y muy al contrario era como si se enfureciera . Y entonces ocurrió lo que nunca debió pasar. Ella lanzó un grito desesperado de miedo, dolor, frustración, todo ello junto que al mismo Brendan hizo reaccionar, pero ya era tarde y entonces se dió cuenta de lo que había hecho. Ella lloraba desesperada arrodillada en el suelo preguntando por qué había ocurrido aquello, ella que había confiado en él. ¿ Por qué le había defraudado de esa manera causándole aquel daño?.
El avergonzado, desconcertado por lo que había ocurrido entró en el coche y se sentó al volante llamándola de malas maneras para que ella hiciera lo propio y poderse marchar de allí rápidamente, llegar a casa y perderla de vista. Era su conciencia la que le advertía de la mala acción que había cometido con aquella muchacha que solamente le había dado su inocente amor. Iris se hizo mujer de repente, en poco rato. Su cerebro trabajaba a velocidad de vértido y comprendió que ya no sería la chica inocente que había ido a perfeccionar el idioma llevándose el peor de los recuerdos, precisamente de mano de la persona que más le importaba y decidió en ese mismo instante que no podía permanecer en esa casa ni un día más.
Hablaría con Sean esa misma noche, cuando llegasen y le diría que queria irse ya porque echaba mucho de menos a su padrino. "Nadie se enterará de lo que ha ocurrido, me moriría de vergüenza y todo el mundo me echaría la culpa de haberlo provocado". Durante todo el camino no hablaron; cada uno iba inmerso en sus propias reflexiones. El haciéndose la misma pregunta ¿ por qué lo he hecho? y ella: no se lo diré a nadie, nadie lo sabrá.
¡ Qué lejos estaba de sospechar que ocurriría todo lo contrario y las consecuencias que todo aquello le acarrearía !
CAPITULO 6º: CHARLA CON SEAN Y REGRESO A MADRID
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