MI VIDA CON UN ACTOR - Capítulo 4º - El malhumor
Y permanecí en la oficina desempeñando el trabajo que en un futuro habríamos de realizar. Durante varios días no le vimos pero sin embargo si estuvo Ed a su regreso después de las entrevistas que había realizado con algunos de los más importantes productores de la industria. En su cartera traia varios proyectos a estudiar por Maxim, porque lo que no se le podía negar es que fuera un muy buen profesional.
Me sorprendió que fuera en persona el que me solicitara que acudiera a su despacho, en lugar de utilizar el interfono como solía hacer:
--Eva, necesito que estudiemos todo el papeleo que tengo en mi cartera. ¿Podemos ahora?
--Si, claro. En lo que estoy trabajando no es urgente. Termino de pasar estos datos al ordenador y voy para allá.
Sobre su escritorio había extendido los guiones y los contratos que había conseguido. De una ojeada vi la cantidad de documentación a estudiar. Ed parecía no tener prisa, pero me indicó que me sentara y si deseaba beber algo
Al cabo de un rato me dijo con ironía:
--Creí que estarías con él en el rodaje...¿ Por qué no has ido ?
--Creyó que no le era necesario...
Sonrió levemente, sabedor de que no había sido esa la razón, sino el disgusto ocurrido entre nosotros.
Yo no comenté nada, me contrarió la ironía, pero no le iba a dar ocasión de una disputa. Arrimando mi silla hasta el escritorio de Ed, me dispuse a prestar atención a lo que tenía que decirme.
Los contratos eran muy buenos en su conjunto y muy bien remunerados. Algo en algunos guiones llamó mi atención, pero no dije nada : figuraban escenas subidas de tono.
--¡ Otra vez !, pensé pero no comenté nada en absoluto. Eso correspondía a Maxim y a Ed, por mucho que a mi no me gustara. Pero ¿ por qué no me gustaba? era absurdo no me competía y a Maxim parecía no importarle.
--En fin ellos lo discutirán. A mi no me corresponde, pensé para mis adentros.
Durante todo el día estuvimos estudiando el planing y en lo concerniente a mi trabajo, me los llevé hasta mi escritorio para planificar los viajes, estancias, entrevistas, hoteles, etc. Sería una planificación para dentro de un mes, así que tenía tiempo suficiente para hacerlo concienzudamente.
--Te ha llamado por teléfono, me advirtió mi compañera una vez regresé a mi escritorio
--¿Quién, Maxim?
--El mismo, respondió ella
-- ¿ A qué hora ha llamado, por que no me has avisado?
--Porque al saber que estabas con Ed, me dijo que no interrumpiera
--Pues es que no sé qué hacer... Si le llamo y está ocupado, igual me riñe. ¿ Sabes qué? Que vuelva a llamar si quiere.
--No te cae muy bien ¿ verdad?
--No, no es eso. Es que últimamente me riñe por cualquier cosa...
Y nuestra conversación se cortó en ese momento. Como si me hubiera leido el pensamiento , el teléfono ,volvió a sonar al cabo de un rato:
--Eva, es él. Ponte
--¿Si?
--Mañana pasaremos a por ti a las ocho, como siempre. Vendrás al rodaje. Se puntual.
--De acuerdo. Y colgó
--¿Por qué extraña razón unas veces me tutea y otras no? Es un hombre muy raro, pero que muy raro.
--Eva, mañana en cuanto entremos estudiaremos juntos el planing. Dijo Ed haciendo acto de presencia en nuestro despacho
--Lo siento, Maxim me acaba de llamar para que acuda mañana al rodaje
--Pero si no quería que fueras...
Yo me encogí de hombros , dándole a entender que no sabía su cambio de opinión.
A las ocho en punto estaba esperando a la furgoneta de los estudios. Cuando llegó el chófer se apeó y me abrió la puerta con un saludo. Entré en el vehículo y me senté enfrente de Maxim dándole los buenos días. No hice ningún comentario; él estaba de mal humor se le notaba en el gesto de su rostro. Maxim contextó a mi saludo e inmediatamente después se puso a mirar por la ventanilla.
Así transcurrió el tiempo hasta llegar a los estudios. A la entrada él se bajó raudo y se dirigió hasta la puerta en donde estaba sentada para ayudarme a salir. Yo ya me disponía a hacerlo cuando alargó su mano, que yo cedí para mi salida. Entonces me dirigió una mirada larga que no supe entender. Era un hombre hermético que no dejaba entrever sus sentimientos ni siquiera lo que pensaba.
Juntos nos dirigimos hacia la entrada a los platós, pero antes de llegar me dijo:
--No, hoy no se puede entrar en el set. Permanece en la caravana. Toma, aquí tienes la llave y no te alejes de ella. No te vayas a hacer turismo por los estudios, porque quizás te necesite.
--Igual hubiera sido mejor quedarme en la oficina trabajando con Ed
--He dicho que quizás te necesite, aquí, ¿comprendes?. Si digo aquí es aquí y no en la oficina
--Humm, pensé no hables, no discutas, el panorama está muy cargado.
--Está bien, aquí estaré.
Entró cogió algo y salió dirigiendose a la sección de maquillaje. No le ví en todo el día, ni siquiera a la hora de la comida. Cuando todos los ayudantes se dirigian al comedor, vi a un electricista que conocí la única vez que presencié el rodaje. Era un jóven extrovertido, simpático y sonriente, cosa que me alivió algo la tensión que poco a poco se iba apoderando de mi
--¿Qué haces aquí sola?. Vamos a comer ¿vienes?
--Por supuesto.
Fuimos a la cafetería y comimos un grupo de chicos y chicas de distintos rodajes, pero que ya eran veteranos y todos se conocían. La única nueva era yo. La sobremesa se demoró bastante y al ir hacia la caravana, distinguí la silueta de Maxim, que apoyaba un pie en la misma. Sin duda esperaba que yo llegara puesto que él no tenía llave
--Ya era hora. Llevo ni se sabe el tiempo esperando. La próxima vez avísame de que vas a salir.
--He ido a almorzar
--¿ A qué hora ? porque ya han debido cerrar la cafetería. Una hora llevo aquí
--Perdón, lo siento. Me encontré con un conocido y me invitó a comer
No dijo nada, le dí la llave y entró en la caravana. Al cabo de un rato, salia duchado, desmaquillado y con el mismo traje con el que habíamos llegado por la mañana
--¿Por qué no has entrado?
--Oh, pensé que le gustaría estar solo
En ese momento llegó el chófer que nos llevaría de regreso a casa. Ya eran las siete de la tarde, la oficina estaría cerrada por lo que le pedí me dejara en mi domicilio.
Al llegar y al despedirme le pregunté si me necesitaba en los estudios:
--Te he dicho que si, y hasta que no te diga lo contrario vendrás. Mañana a la misma hora, se que no te retrasas, pero yo lo digo igual: sé puntual.
--Desde luego, hasta mañana
Cerré la puerta y di las buenas noches al conductor
Iba disgustada, no me gustaba en absoluto la forma que tenía Maxim de tratarme, tan distinta de los primeros meses. Estaba un poco harta de su soberbia y por mi cabeza empezó a rondar la idea de cambiar de trabajo.Este era muy estresante y además me sentía incómoda. Entre Ed y Maxim me estaban haciendo la vida imposible.
--Nunca imaginé que tuviera un carácter tan insufrible. Da otra impresión en las entrevistas y en el cine, pero personalmente está empezando a hartarme.Tiene un ego impresionante, se creerá el ombligo del mundo.
Aguardé a que llegara el ascensor que me llevaría a mi reducto de paz, a mi casa.
Comentarios
Publicar un comentario