SEGUNDA OPORTUNIDAD- Cap. 12º - La carta

... y despacio, comenzó a leer la carta...

Los trazos grandes, seguros, nerviosos de Matt, llenaban el papel .....

Lissy entró en su habitación. Encima de la cama dejó la caja con las pertenencias de Matt y la carta que le dirigiera a modo de despedida.  Se quedó mirando ambas cosas como ausente, c omo si no creyera que estaba en Africa y hubiera rezado ante la tumba de Matt. La daba miedo abrir la carta. Optó por ver de nuevo lo que contenía la caja. Acariciaba cada obejeto con infinito cariño y añoranza;. Conocía muy bien  aquellos objetos que ahora estaban entre sus manos. Sus gafas que siempre se le caían, y evocando está circunstancia sonrió. Su agenda vieja, gastada, pero entrañable en la que apuntaba todo lo que tenía que hacer al día siguiente,¡ como si no se saltara todo el orden que había de llevar!. El bolígrafo...   Lo tomó entre sus dedos com o si fuera a escribir, para sentir  el lugar en donde él posaba los suyos,   y poca cosa más.

Lentamente tomó la carta que tanto temía leer. Depositó un beso  sobre la escritura de Matt y con sumo cuidado para no romperlo procedió a su apertura.  Tenía los ojos cuajados de lágrimas, lo que hacía borrosa su lectura. Lo quería hacer despacio, como saboreando lo allí reflejado:

" Mi queridísima Lissy"

Si lees está carta significará que ya no estoy a tu lado, pero quiero que sepas que has sido la persona más importante de mi vida. Lo mejor que me ocurrió fué conocerte, aunque al principio de ello me resistía, pues  la diferencia en edad no me permitia hacerme ilusiones.
Tu fuiste una ráfaga de aire fresco en mi vida, y tu juventud consiguió disipar los años que te llevaba. Te amé intensamente, como nunca imaginé que un hombre pudiera amar a una mujer. Me infundiste ganas por luchar por aquello por lo que creia, con tu entrega me hiciste conocer eso tan maravilloso a lo que yo había renunciado: el amor.
El tiempo que vivimos juntos, a pesar de las dificultades, no lo cambiaria ni por todo el oro del mundo
Presentía que al partir no volveríamos a vernos, pero no quise dicirte nada y nuestro comportamiento fué natural, a pesar de que en mi último abrazo iba  mi despedida definitiva.
Sé que tu amor fué incondicional, que me amaste con ternura infinita y lealtad. Tengo que creerte que fuí tu primer amor y que también te hice "mujer", pero ya no estoy y eres muy joven. Guarda mi memoria en tu corazón, como un buen recuerdo, pero soy un capítulo del pasado. Te será difícil al principio, pero no renuncies a un nuevo amor.
Eres muy joven y encontrarás en tu camino a un buen hombre que te amará profundamente y tú le corresponderás. No  lo dejes pasar de largo  , porque en el transcurso de la vida, quizás no tengas una segunda oportun idad y  no tendrás la suerte de encontrar a una persona c omo la tuve yo al tropezar contigo.
Yo seré feliz si tu lo eres y sé que ahora no es así, pero mira a tu alrededor y escoge a alquien con quien compartir tu vida. Eres generosa y con gran capacidad de amar. No te costará trabajo, pero hazlo. No vivas de mi recuerdo, ese es un libro cerrado, abre de nuevo otro. La vida está llena de cosas buenas, disfrútala porque es corta y en cualquier momento se trunca.
Se feliz, amada mia, porque yo a tu lado lo he sido y mucho. Te quiero

                                                            Matt

" Se feliz, amada mia, como yo lo fui contigo...

Cuando Lissy terminó de leer la carta, estaba llorando desconsoladamente. Pasaba sus dedos por la escritura y evocaba su rostro quizás un poco duro, pero para ella siempre dulce.

--Matt, Matt ¿ cómo voy a ser feliz  si no estás?

Con la carta entre las manos se quedó dormida.  Con un sueño extraño e intranquilo. Se mezclaba la escena de su partida, lo vivido c on la guerrilla, el rostro de Jack y el de Matt mezclados. Matt le sonreia y le repetía una y otra vez: " mira a tu alrededor y encuentra a un buen hombre que te ame".  Sudaba y daba vueltas en la cama pues las palabras de Matt se repetían una y otra vez. La sonreia unas veces suavemente y otras soltaba su clásica carcajada, fuerte ,rotunda.

Jack la dejó dormir hasta que ella quisiera. Entretando él sentado en la terraza del hotel, empezó a escribir sus impresiones sobre lo vivido. Había decidido escribir todo aquello en un libro; tenía material suficiente y sería  bueno.

A media mañana Lissy  se dirigió a la habitación de Jack, pero al no encontrarlo fué  a la cafetería. Un camarero la dijo que había estado todo el tiem po allí, pero que había salido a dar un paseo.  Pidió un café y se tomó una aspirina, pues la cabeza parecía que le estallase. Tenía un fuerte dolor  por las emociones vividas y por los sueños tenidos durante la noche, que aún conservaba frescos en su memoria.  No tenía ganas de andar, se sentía agotada por lo que se quedó sentada en la mesa viendo como algunos turistas disfrutaban de la piscina.

Hacia la hora de la comida llegó Jack que al verla se dirigió hacia ella sonriente

--¿Cómo estás, conseguiste dormir?, la decía ésto mientras se inclinaba hacia ella dánbdole un beso en la frente

Ella contestó que su noche había sido extraña y deprimente. Unas palabras resonaban machaconamente una y otra vez :" mira a tu alrededor, mira a tu alrededor".  Se quedó mirando a Jack como si fuera la primera vez que le viera, como si se diera cuenta en ese momento de  cómo era Jack.Pensó que había tenido mucha suerte de contar con su amistad.  El viaje no había sido agradable debido a las circunstancias que les había llevado hasta allí, y sin embargo él estaba a su lado cuidándola, protegiéndola.

Se fijó en que tenía un rostro muy agradable, hasta guapo, unos ojos azules muy bonitos. El cabello era rizado y la tez algo morena. Que el timbre de su voz era agradable y que se comprendían  perfectamente porque ambos había vividos sus respectivas tragedias. Le dió una sonrisa agradeciéndole los desvelos que tenía con ella.

--Jack, he tenido una noche en la que  he pasado soñando cosas extrañas vividas y entremezcladas con todo, pero no tengo fuerzas pasra contártelo ahora. Todavía estoy impresionada y me duele terriblemente la cabeza. Sé que te lo contaré, debo contártelo, pero dame un poc o de tiempo

--Claro. No es necesario que me cuentes nada.Pertenece a tu vida, a tu privacidad.No te preocupes yo te quiero igual

Lissy no se dió cuenta de las palabras que él  había pronunciado. Interpretó que una amistad sincera cuenta de antemano con el cariño y no le dió importancia, au nque Jack lo dijo en otro sentido. Encontró a Lissy muy pálida y con profundas ojeras moradas, sin duda debido a la noche tan alterada que  tuvo y a los emocionantes momentos del día anterior


Hablaron poco mientras comían. Jack no quería forzarla debido a su dolor de cabeza y Lissy no lo hacía pensando en todos los acontecimientos ocurridos

Mientras tomaban el café de la sobremesa, Jack se aventuró a decir

--Y bien Lissy, ahora ¿ qué deseas hacer ?
--Regresemos a casa, Jack. Aquí ya he hecho lo que deseaba. Me voy tranquila porque Matt está en donde él hubiera querido estar. Regresemos y sigamos con nuestras vidas
--Bien. Pasaré a comprar los billetes y me informaré de cuando hay vuelo para Inglaterra. ¿Deseas hacer alguna última cosa, ver a alguien, o qué se yo. ? ¿ Se te ocurre algo?
--No, nada. Ya está todo hecho. Creo que ya no volveré por aquí.

Tendrían que transcurrir un par de días para tomar el avión que les conduciría a Londres. Los dedicaron a pasear y comprar algunos recuerdos para sus amigos.Lissy seguía sin hablar con él, pero no la preguntó, no quería forzarla. Ella se lo diría cuando estuviera preparada.  Los paseos fueron agradables, ambos querían olvidar todas las emociones que les condujeroan hasta  Africa.

Y llegó el día de la parida. En un taxi llegaron al aeropuerto deseando   volver a vivir la monotonía diaria, dejando atrás las fuertes emociones. Sentados en sus asientos, en el momento del despegue ambos juntaron sus manos y se miraron sonrientes: 


Aeropuerto de Lusaka ...

--Volvemos a casa. Lissy
--Si Jack. Ojalá estuviéramos allí
--Ten paciencia, en unas horas allí estaremos. Trata de dormir un poco. Habrán de transcurrir varias horas

Diciendo ésto la cubrió con la manta y miró como ella entornaba sus ojos

--Es como una niña desamparada y necesitada de cariño, Dios mio,  Pensó para sus adentros.


                             FIN DEL CAPITULO DECIMO SEGUNDO

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