DESENCUENTROS - Capítulo OCTAVO
No
habían hablado en toda la semana ni en persona ni por teléfono. Jeff se había
marchado de la casa de Perla enfadado por la reacción de ella. No quería
molestarla, no quería verla. Era orgullosa y muy terca. Ambas cosas exasperaban
a Jeff. Pero al fin cedió a sus deseos y la tarde-noche del jueves fue a
esperarla al portal de su casa. La vio
venir arrebujada en el abrigo, pues era una noche bastante fría, como si fuera
a nevar de un momento a otro. Como siempre venía con la cabeza baja, a
solas con sus pensamientos. Sintió pena
por ella. Una mujer joven y bonita, dejando pasar la vida sin pena ni gloria.
--
¿ Por qué este empeño mío en protegerla ? Ya es mayorcita y a lo mejor lo que
quiere es vivir así, reflexionó para sus adentros
De
un paso se plantó frente a ella
--¡
Dios mio, qué susto me has dado ¡
--Ja,ja,ja,
¿ Pensabas que iban a atracarte ?
--¡No
¡ , no sé…¿ Cómo estás ?
--
Yo bien ¿ y tú, se te quitó el catarro?
--Si,
ya estoy bien. ¿ Quieres subir o vas a
algún sitio ?
--No
venía a verte
--Bien,
pues vamos a casa. Hace una noche muy desapacible
Ambos subieron. En el ascensor Jeff la miraba de soslayo sin hablar ni comentar nada. Una vez en el interior del piso. . .
Ambos subieron. En el ascensor Jeff la miraba de soslayo sin hablar ni comentar nada. Una vez en el interior del piso. . .
Desapareció
por el pasillo y Jeff la vio marchar fijándose en su figura. Verdaderamente era una mujer muy atractiva…
--¿Te
has servido?
--Si
¿te sirvo algo a ti?
--
Un Jerez por favor. Cielo santo hace una
noche muy fría
--¿
Te apetece salir a cenar? La última vez rechazaste mi invitación
--Te
invito yo,. Te haré una cena especial
--¿Sabes
guisar?
--¡Claro
¡ Igual te imaginas que por vivir sola, me alimento del aire. Hace tiempo que
nos conocemos y aún no sé cuál es tu comida preferida
-Soy
de gustos sencillos. Me encanta la
tortilla de patata. Solamente puedo comerla cada vez que vengo a España. En
ningún otro sitio la saben hacer. La
verdad es que yo ignoro los ingredientes y por mucho que le he explicado a mi
madre como es, nunca le sale..
Ambos
jóvenes rieron y juntos en la cocina prepararon los ingredientes con los que
confeccionar una suculenta tortilla. Mientras Perla daba los últimos toques,
Jeff partía unas finas lonchas de jamón serrano y unos tacos de queso manchego.
En la pequeña bodega eligió una botella de vino y se dispuso a preparar la mesa.
Buscó una vela y la situó en el centro. La mesa quedó completa y a ella se
sentaron para degustar la frugal cena que habían preparado.
-
¡ Humm ¡ No hay manjar más sencillo y
exquisito : tortilla, jamón y queso. Todo ello regado con un buen vino de Rioja….Manjar
de dioses. Sólo falta el café, comentó Jeff
No hay manjar más sencillo y exquisito .... |
-
Lo tomaremos en el salón mientras hablamos, dijo ella
--Tenemos
que hablar de Lolita
Perla
dio todos los datos conseguidos y relató su entrevista con Dolores y su promesa
de volver con el nieto del que pudo ser su yerno
-¿
Cuándo podrás ir ? , dijo Jeff
-
El viernes a mediodía termino mi jornada laboral. Podrías ir a buscarme a la
editorial. Comeríamos algo por el camino. Como llegaríamos ya de noche,
podríamos hospedarnos en algún motel y al día siguiente por la mañana iríamos a
Belchite viejo, al cementerio, y después acudiríamos a la residencia a saludar
a Dolores ¿ te parece?
-Bien,
me parece bien. Me gustaría detenerme un rato en el pueblo, caminar entre las
ruinas. Transitar por donde ellos anduvieron e imaginar las sensaciones que
ellos sintieron. Quién sabe si haré una continuación del libro….
-
Entonces, ¿ seguimos adelante ?
-
Naturalmente. Verás tendrá que ser sin
falta en estos días: el martes regreso a Nueva York.
-
Claro, llevas una semana. Bien pues entonces quedamos en eso.
Apuraron
el café. Perla tuvo la impresión de que él quería decirla algo, pero como Jeff
no abrió la boca, pensó que era una apreciación suya.
-
Bueno pues me voy ¿ Quieres ir a algún sitio ?
-
¿ A estas horas ? ¡ Es muy tarde ¡
-¿
Me das el abrigo ?
-Voy
por el
Como
había quedado, el viernes a las dos en punto Perla recogió su bolso de viaje,
su abrigo y salió de la oficina.
Puntual, en la puerta, la esperaba Jeff con el neceser a sus pies.
-¡
Hola ¡, dijo ella a modo de saludo
-¿
Cómo estás, bien?
-
Perfectamente. El coche lo tengo en el aparcamiento, a la vuelta. ¿Vamos ?
-¿
Por qué no comemos antes? Yo tengo hambre. Ten en cuenta que según mi horario,
casi es la hora de merendar…
-
Cierto, perdona, sonrió Perla. Vayamos a
la cafetería que hay al lado del aparcamiento. Se almuerza muy bien.
-Vayamos
pues
Se instalaron en el coche y tomaron
rumbo a Zaragoza. Llegaron de noche a la puerta de un motel de
carretera y reservaron dos habitaciones. No eran lujosas, pero sí cómodas y
limpias. Acudieron a la cafetería de la instalación y cenaron. No se prolongó
mucho la sobremesa, pues ambos estaban cansados. Fijaron la hora para el día
siguiente y dieron orden en recepción de la hora en que habrían de
despertarles.
Como a las once de la mañana
llegaron a Belchite. Antes había comprado unas flores que depositarían en la
sepultura de Lolita y en la de su padre.
Jeff deambulaba por las calles del pueblo mirando a un lado y otro de
las fachadas de las derruidas casas. Se supone que estaba en la calle Mayor, en
donde ocurrió todo. Lo sabía de memoria,
pues tal era la cantidad de veces que su abuelo se lo había narrado. Miraba al
suelo como buscando una huella inexistente de lo pasado. Perla le miraba en silencio unos pasos detrás
de él. No quería interrumpirle,
Belchite Viejo |
Pero sabía de la emoción que estaba
viviendo. También se dio cuenta, que era su propia historia, la de ellos.
Lolita era el nexo de unión de su destino.
De no haber sido por el libro ni siquiera se hubieran conocido. Como si le leyera el pensamiento, él se
volvió hacia ella y le comentó
- ¿ Te das cuenta ¿? ¡ es nuestra
historia ¡ Aquí empezó todo…. Es increíble
Perdieron la noción del tiempo; no
quería interrumpirle, que agotara las vivencias que pudiera sentir y que ella
sintió la primera vez que recorrió esas calles días atrás. Rodeó los hombros de Perla con su brazo, y le
dijo
-Vámonos ya
La siguiente parada fue el
cementerio. Caminaron entre las tumbas derruidas y se detuvieron en una en la
que aún seguían las flores que Perla depositara en su primera visita. Apenas
unos pocos metros de la de Lolita, estaba la de su padre, que señaló a Jeff.
Sacó de su bolso la máquina fotográfica y se la tendió.
- ¿ Cres qu es buena idea
enseñarle al abuelo esta fotografía ?
Depositaron parte de las flores en la tumba de Lolita.... |
- Él me lo pidió. De todas maneras
si no le veo fuerte, si le veo muy emocionado, no se la enseñaré, pero sé que
querrá verla. ¡ Cielo santo ¡ era una
niña, no habían empezado a vivir. Qué triste es todo. Odio las guerras que
destruyen todo cuanto encuentran a su paso en beneficio de unos pocos. Y siguió
reflexionando:
- ¿ Te imaginas lo distinto que
hubiera sido todo si ella no muere?
Posiblemente yo no hubiera nacido, al menos en América. Quizás no
hubiera sido escritor y no te hubiera conocido, y por lo tanto ahora no
estaríamos aquí…¡ Es increíble ¡
- Con razón eres escritor. Puestos
a fantasear no hay quién te gane…
Ella sonrió para que la tensión no
fuera tan alta. Rezaron juntos ante la
tumba de Lolita, y depositaron parte de las flores que llevaban. La otra parte
la dejaron sobre la de su padre.
Salieron del cementerio y se encaminaron hacia la residencia de Dolores
-¿ Quieres hablar con el sacerdote
que les conoció ?
- Me encantaría. No lo creerás,
pero siento una opresión muy profunda en el pecho. Todo esto es la historia de
mi familia, mi propia historia. Mi abuelo la vivió y nunca pensé poder vivirla
en el sitio en donde ocurrieron los hechos.
Don Felipe estaba en el saloncito
frente al calor de la chimenea tapado con una manta. La señora que le atendía
les condujo hasta él, que como siempre estaba medio dormido.
- Don Felipe, estos señores
preguntan por usted
El sacerdote volvió la cabeza y su
rostro se iluminó cuando vió a Perla, y supuso en el acto que quién le
acompañaba era el nieto de aquel muchacho novio de Lolita, tal como ella le había anunciado la vez anterior
La charla de don Felipe esra amena
e interesante. Jeff estaba encantado de la vida escuchando el relato de los
hechos posteriores a lo acontecido, pues
mientras ocurría todo, el abuelo ya había sido evacuado. Al anciano cura se le llenaban los ojos de
lágrimas contagiando la emoción a la pareja que le escuchaba expectante. Jeff no paraba de hacerle preguntas. Había decidido
que escribiría una segunda parte desde
el final del primer libro hasta el momento actual. Su imaginación no paraba de
asimilar datos, preguntas, hechos, etc.
El tiempo había corrido veloz y eran casi las seis de la tarde. Aún tenían
que visitar a Dolores, por lo que se despidieron
- Id con Dios, hijos
- Padre, le prometo que si escribo
este libro, le traeré un ejemplar en mano. Volveré a visitarle. No piuedo
imaginar la emoción de mi abuelo cuando le narre todo esto.
Se despidieron del sacerdote y se
encaminaron a ver a Dolores. La encontró muy decaída, como si en lugar de unos
días hubiese pasado un año. Reconoció enseguida a Perla que emocionada la
abrazó. Jeff estaba desbordado por todo lo que estaba viviendo. Nunca se lo
hubiera imaginado. Nunca hubiera imaginado encontrar unas gentes tan
entrañables y tan tristes. Nunca habían conseguido olvidar su tremenda
tragedia.
Dolores mostró a Jeff la caja de sus tesoros |
Dolores enseño a Jeff la caja de
sus tesoros, y él emocionado acariciaba aquellos diminutos zapatitos que
pertenecieron al amor de su abuelo. Miró la fotografía desgastada de un hombre
de aspecto bonachón y que Dolores con lágrimas en los ojos llevó hasta sus
labios
- Es mi marido ¿sabes ?
Permanecieron un buen rato
escuchando la narración de las vivencias de la mujer. Al cabo de un rato se
detuvo y mirando al rostro de Jeff, dijo
- ¿ Con que tú eres el nieto de
quién pudo ser mi yerno? Vaya, vaya. Ahora que me fijo, te pareces mucho a él.
Al menos como yo le recuerdo; tienes los mismos ojos azules que él tenia y que
tanto enamoraron a mi niña.
- Dolores, mi abuelo estaba loco
por los ojos negros de Lolita.
Se dirigió a Perla y le formuló
esta petición
- Hija, a mi me queda poco, lo
presiento. Tengo que pedirte algo y es que cuando ocurra recojas estas cositas
(dijo señalando sus pertenencias) y se las hagas llegar al abuelo del joven. Si
se quedan aquí las tirarán a la basura y deseo que las tenga él. Es lo único
que me queda de ellos. El día que él falte, haced lo que queráis. Dejaré
instrucciones a Luisa para que te avisen.
-Dolores por favor, no hable así.
Perla se abrazó a ella sin poder reprimir el llanto que cegaban sus ojos. La despedida fue triste y Jeff tuvo que tomar
a Perla por los hombros para que se despidieran, alegando que no era bueno para
Dolores tanta emoción.
Salieron de allí cuando ya había
anochecido. Ninguno de los dos hablaba. Estaban vencidos por tantas emociones.
Perla gimoteaba despacito, mientras Jeff conducía de regreso a Madrid. Cuando ya iba a llegar al lugar del Motel,
Perla le dijo:
--Jeff estoy agotada por la
emoción. No tengo ganas de seguir hasta Madrid. Todavía queda mucho, hagamos
noche aquí
-- Creo que es acertado. Yo tampoco
estoy bien. Iré a reservar las habitaciones. Si quieres ve a la cafetería, tomaremos
algo antes de acostarnos.
Decidieron pasar la noche en un motel |
-De acuerdo, allí te espero
Apenas si probaron la cena. No
tenían apetito ni ganas de hablar. Cada uno reflexionaba sobre lo vivido aquel
intenso día. Estaba confundida. Se agolpaban mil ideas en su cabeza que
levantaba y miraba a Jeff, que a su vez
no dejaba de escarbar con el tenedor en su plato. Mil ideas encontradas la confundían ¿ qué le estaba
ocurriendo? Abonaron la cuenta y se dirigieron al bungalow que les habían asignado. Frente a
la puerta Jeff abrazó a Perla y la besó en la frente
- Hasta mañana, trata de descansar
- Igualmente Jeff. Buenas noches
A solas y después de tomar una
ducha, Perla daba vueltas por la habitación tratando de averiguar qué es lo que
la estaba sucediendo. Pensaba en Lolita y en el abuelo constantemente, no sabía
muy bien porqué, o acaso sí. ¿Hubiera sido tan valiente como Lolita en aquella
última noche?. Era una época tan distinta, tan
opresora con las mujeres. ¿ Habría medido las consecuencias? ¿ Y si no
hubiera ocurrido la desgracia , y aquella noche hubiera tenido otro final, otro hecho. . . ? Estaba
muy nerviosa, pero algo en su interior se revelaba contra su propio sentido
común, con lo que hasta entonces había creido su deber para con Carlos. Respiró profundo y cogió las llaves de la
habitación. Estaba ya preparada para
dormir, se puso una bata y decidida salió de la habitación.
Golpeó en la puerta contigua, , en la
de Jeff, que la abrió con sorpresa
- ¿ Qué ocurre, estás bien,
necesitas algo ?
-¿ Puedo pasar ?
- Claro, adelante
Jeff se había recostado en la cama.
Se suponía que veía la televisión, aunque en realidad estaba inmerso en sus
propios pensamientos.
- Bien dime qué ocurre
Ella tomó su rostro entre las manos
besándole en los labios apasionadamente.
Él sorprendido no rechazó su caricia, pero la extrañeza se reflejó en su
casa
-¿ Qué haces ?
- No me preguntes, no digas nada.
Ni yo misma lo entiendo. No sé que me ocurre, pero necesito…
No pudo terminar,. Jeff la abrazó
fuertemente devolviéndola el beso. Se besaban una y otra vez abrazados. Él la besaba en los ojos en el cuello en los
hombros, en los labios…De repente se paró, y preguntó:
-¿ Sabes lo que esto significa ?
-Si, dijo una voz temblorosa
- Sabes lo que viene después. ¿ me
entiendes ?
- Si
- ¿ Aceptas ?
-Si, acepto, lo quiero…
Nuevamente se besaron. Fue una
noche plena de amor, abrazados uno al otro, hasta que el nuevo día apuntaba
radiante de sol, por la ventana.
Fué una noche plena de amor |
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