CASUALIDAD - Capítulo 1º / LA FIESTA
Philip |
De pronto se acordó que había de llamar a
Elsa su antigua compañera de universidad, y que ahora se había convertido en su mejor
amiga y acompañante en eventos a los que
había de asistir con pareja.
-- Seguro me dice que no, y no me extraña
porque esas reuniones son de un aburrimiento de muerte. Pero en fin, la etiqueta lo exige. . . pensó riendo ante la mentira que le iba a
decir a su amiga.
El teléfono sonaba en casa de Elsa. De un
saltó atendió la llamada pensando que se había dormido y que el despertador no
había cumplido su misión: despertarla a
tiempo para acudir a su trabajo
-- Elsa
-- Siii
-Despierta, mujer, que son más de las ocho.
-- ¿Philip?, por Dios que susto me has dado,
creí que me había dormido y el despertador no había funcionado
-- Mas o menos, pero es que salgo ahora de
una guardia que me ha dejado rendido y antes de acostarme te quería pedir un
favor.
-- A ver, dime, pesado
-El viernes tengo que asistir a un evento muy
importante y necesito pareja ¿ Me acompañas ¿
-¡ Philip ¡ ¿ por qué siempre me metes en
estos dios ¿ No me apetece nada tus
fiestas. Son un aburrimiento y creo que son excusas para que vaya contigo
-Tienes razón, pero los organizadores son
así. ¿ Te animas?
-Pues no. . . pero ¡ qué remedio me queda ¡. Me debes un montón, de favores, que te quede claro
Elsa |
Las risas de Philip se oyeron através del
teléfono, señal de que su amiga había aceptado
-Oye, te llamo el miércoles para quedar ¿
vale ¿ Ahora estoy muerto de cansancio y
me voy a dormir. .Ciao linda, eres un tesoro
-Bien, bien. Eres un
embaucador. Anda acuéstate pronto. Hasta
el miércoles tramposo
Ambos
amigos colgaron sus respectivos teléfonos riendo. Elsa se desperezó en la cama y apartando la
ropa se levantó de un salto. Tenía tiempo de sobra para llegar al
trabajo. Delante de un café, en el desayuno, pensaba en la conversación mantenida,
sonriendo
-- ¡ Este chico ¡ .
. .
Hacía una preciosa
mañana de final de primavera y el sentir el sol en su rostro la infundía alegría interior.. La gustaban los días
soleados como éste. Diligente cogió su
coche y se dirigió a las oficinas de su Organización en la que trabajaba como
cooperante para los refugiados. Era muy apreciada
entre sus compañeros; servicial y diligente, Elsa, era eficaz y siempre trataba
de resolver los problemas que inevitablemente los refugiados traían a sus
oficinas Comentó con su compañera el “
plan” que tenía para el fin de semana y que no la apetecía, pero por Philip lo
haría encantada
--¿ Estás enamorada
de él?
-Naturalmente que
no, aunque en la universidad me gustaba muchísimo. Pero no, ahora es como un
hermano para mi. Es muy buena persona y
re curro a él cuando necesito su ayuda con cualquier refugiado, y siempre lo
resuelve Por eso no tengo más remedio
que corresponder con él de alguna forma.
Tanto Philip como
Elsa, pertenecían a unas familias bastante bien acomodadas . En ocasiones sus
padres se habían reunido con motivo de
algún acto social, es decir : se movían en los mismos círculos, por eso no era
de extrañar que quienes les conocían daban por hecho que en algún momento
emparentarían Elsa y Philip, pero ellos tenían otros planes.. Ambos eran de ideas más progresistas que sus
familias, por tanto eligieron caminos profesionales en los que poder ayudar a gentes desfavorecidas. Sus ideas no eran bien vistas por sus
respectivos padres que procedían de familias de emigrantes que habían
conseguido el sueño americano. El abuelo
de Elsa había forjado su pequeña fortuna montando un restaurante, que
posteriormente fue ampliando hasta conseguir una cadena de ellos. El padre de
Elsa heredó el negocio y lo amplió con otra cadena de comida rápida. Se les
podía considerar como “ricos”. Elsa tenía dos hermanos más y los tres fueron a
la universidad. La familia de Philip
provenía de la industria editorial forjada por su padre. Tuvo la fortuna de
editar a unos escritores de mucho éxito y desde años su prosperidad era notable. No entendía muy bien cómo su hijo había
estudiado la carrera de medicina, y además trabajara en un hospital pequeño y
en sus ratos libres ejerciera en organizaciones de ayuda a personas con ingresos precarios. En una ocasión les anunció que probablemente
ingresaría en Médicos sin Fronteras para marchar a Africa o algún país de
Hispanoamérica y trabajar en el interior , lo que escandalizó a sus padres y
hasta le valió un buen disgusto con ellos.
Como había acordado
con Elsa, Philip la fue a buscar a la salida del trabajo. Se saludaron
cariñosamente y se dirigieron a cenar a uno de los restaurantes familiares. Su
charla era cariñosa y amable como cada vez que se veian y quedaron de acuerdo a
la hora en que pasaría a recogerla para
acudir a la fiesta en la que Philip
debía acudir con pareja y que era un pequeño homenaje a un médico que dejaba su
trabajo después de alcanzar la jubilación, y que otro más joven reemplazaría al
saliente.
- Ponte guapa y muy
elegante. Tengo que causar buena impresión
- ¿ Por qué ¿ ¿ Vas
a ser tú el que sea nuevo directivo?
- ¡ Qué más quisiera
yo ¡ Pero fíjate si serán absurdos que piensan si voy a la fiesta sin “ novia “
es que no soy lo suficientemente serio para ocupar un puesto de alguna
responsabilidad
- ¡ Pero yo no soy tu novia ¡
- Si, pero ellos no
lo saben
- ¡ Pero cómo puedes
ser tan tramposo ¡
Ambos rieron
satisfechos de la ocurrencia. La fiesta
transcurría normalmente. Como en todas las reuniones de ese tipo algunas
parejas bailaban, otras formaban corrillos mezclándose los jóvenes con las
personas de más edad,, otros comentaban
el tiempo que hacía que no se veían y que tenían que organizar una comida de
hermandad, etc. Todo normal.
El corrillo formado
por Philip, Elsa y demás compañeros de su promoción tenía una charla amenizada
por anécdotas y chistes que Philip se encargaba de relatar. Una voz algo distante de donde estaban llegó
hasta ellos y les hizo girar la cabeza en su dirección
Albert |
-¡ Philip, muchacho
¡ ¡ vaya sorpresa ¡
-¡Albert ¡
Ambos amigos se fundieron en un estrecho abrazo
-¿Cuánto tiempo hace
que no nos hemos visto?, preguntó Albert
- Ufff, una
eternidad. Dijo Philip. ¿ Cómo te va
todo ¿
-Bien, me va bien.
Estoy donde yo quería y hago lo que me
gusta. Mi familia está de uñas, pero bueno, se van acostumbrando.
En ese momento
Albert giró su rostro en dirección a Elsa, que fue reconocida en el acto
-¡ Dios mío, tú
también estás ¡
Elsa extrañada miró
a Philip interrogándole con la mirada lo que aquello significaba. No creía
conocer a aquel muchacho y no entendía nada
-¿ Me conoces?
Preguntó a Albert
-¿ Que si te conozco
¿, Naturalmente, yo estaba loco por ti
Elsa divertida
rompió a reír
-Eres muy galante,
le dijo
-De eso nada. Es
cierto, hasta a me dijo que se casaría contigo, replicó Philip
-Vamos a ver ¿ os
estáis quedando conmigo? Yo no te conozco de nada . . .
-Estabas dos cursos
por detrás nuestro, pero yo siempre en el comedor me ponía frente a ti para
poder verte
-Cierto, elegíamos
el peor sitio del comedor y sólo porque tú te arrinconabas para no perder ni un
solo minuto de tus estudios. Madre mía ¡ lo que tuve que aguantar ¡, comentó
Philip
-¡Pero a mi el qye
me gustaba eras tú.! . . dijo divertida
Elsa dirigiéndose a Philip
-¿ Y ahora, sois
pareja?, preguntó Albert
-Nooo, se apresuró a
rechazar Elsa. Somos muy buenos amigos, pero ya no me gusta para novio, apostilló riendo
- Bien, pues si es
así . . . Vamos a bailar
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