ALGO INESPERADO - Capítulo 2º / Miss Owen (1996celta-rosafermu)


Margaret se había casado. Stephan había huido de la ciudad con rumbo desconocido, y Elise no se sentía con ánimos de seguir estudiando, por lo que decidió colgar los libros, al menos momentáneamente, hasta que su ánimo se recobrase.

Miró en el tablón de anuncios de la universidad, por ver si hubiera alguna oferta de trabajo que la permitiera vivir sin tener que pedir dinero a su padre y seguir con su vida independiente.  Había ofertas para trabajar en la cafetería , como acompañante de personas cuya movilidad era limitada, etc., etc.  No es lo que tenía en mente, pero claro , tampoco podía aspirar a un puesto en el que desarrollara  lo que estaba estudiando, ya que aún le faltaban dos años para culminar su carrera.

Arrancó una de las tiras de papel, en las que se reseñaba un número de teléfono y,  un nombre de contacto.  Ya en casa, y después de pelearse con su padre, telefónicamente  a cuenta de su abandono, tomó el papel y se dispuso a marcar el número en el que solicitaban una persona  como compañía de lectura.

- Llamo por el anuncio que han puesto en la universidad, solicitando una estudiante que hiciera compañía a una persona durante algunas horas.  Mi nombre es Elise Crowford
- ¡ Oh, si señorita ! Soy Mildred, la secretaria de miss Owen, la persona a acompañar

Hechas las respectivas presentaciones, Mildred explicaba a Elise en que consistía el trabajo y quedaban citadas para entrevistarse  y conocer a miss Owen.  Ello sería a la mañana siguiente,  en el domicilio de la mencionada señorita

Puntual a su cita, Elise se personó en la casa.  Construcción típicamente inglesa. Un casarón de principios del siglo veinte, ocupado por la citada miss Owen, una doncella, cocinera y la administradora, que hacía las veces de secretaria. . .: Mildred

Miss Owen
- Verá querida - dijo miss Owen dirigiéndose a Elise-, me encanta leer, pero mi vista no me facilita la labor y desearía tener a alguien que lo hiciera por mi. Si además es estudiante de literatura, su compañía puede ser muy interesante.

- Opino como usted señora. Podríamos hacer comentarios sobre lo leído y de esta forma saber el punto de vista de la otra persona sobre lo narrado en el libro.  Es muy educativo, porque no todos,  lo sabemos interpretar de la misma forma

- Estoy de acuerdo y me encanta esa idea. Dígame ¿ cuándo podría empezar?

- Bueno..., quizá la semana próxima. Voy a colgar los estudios por una temporada, pero antes quiero hacer los exámenes trimestrales.

- ¿ Puedo preguntar por qué lo hace?

- Verá...  He tenido algunos problemas personales, y ahora no estoy lo suficientemente motivada para seguir... No tengo concentración,  ni tampoco ánimos.  Prefiero dejar pasar unos meses, y quizá el próximo curso, los reanude

- Muy bien...  De todas formas, y es mi opinión , podría estudiar en casa y terminar su curso, puesto que queda muy poco. Pero en fin, eso es cosa suya. Notifíqueme la fecha de su incorporación cuando lo tenga decidido. En cuanto al salario... -.   Y siguieron ultimando los detalles.

Elise salió muy bien impresionada de la casa, y le encantó miss Owen.  Era una señora muy correcta, exquisitamente educada, relativamente aún joven ( pensó que debía andar por los sesenta), y muy atractiva. Para nada triste por la dificultad de no poder ver  a penas,  y depender de otra persona para practicar su afición favorita: la lectura.

En otro momento de su charla, había confesado a Elise que su vocación frustrada era la de haber sido escritora, pero no pudo realizarla por culpa del accidente que la dejó prácticamente ciega.

Mientras Elise,  se dirigía a su domicilio, pensaba en todo lo que había hablado con ella, y creía que sería un trabajo agradable, y además dentro del campo que seguiría,  si alguna vez terminaba de estudiar.

Los exámenes los sacó por " los pelos".  No había repasado absolutamente nada, desde su disgusto con Stephan, por tanto no la extrañó las bajas calificaciones obtenidas. A su regreso de la universidad, una vez  se hubo despedido de sus compañeros,  llamó por teléfono a miss Owen, quedando para ir  a trabajar el lunes próximo, ya que estaban a viernes y aprovecharía el fin de semana para solucionar los trámites del curso que abandonaba,  sin lamentarlo, muy al contrario, hasta tenía ilusión por comenzar el trabajo.

A la hora fijada, en punto, pulsaba el timbre  de la puerta de la vivienda de miss Owen.

- Buenos días, señorita - dijo Helen

Fue recibida por la doncella.  Una mujer de mediana edad que llevaba toda la vida con miss Owen, y fue conducida a la presencia de la señora que desayunaba tranquilamente en una salita de estar.  La estancia era grande, pero acogedora. El sol se filtraba entre las cortinas y daba mucha luminosidad a la habitación. En sus paredes había retratos familiares y algunos cuadros de buena firma.  En las distintas mesitas de fumador, jarrones con flores de tipo primaveral. Sobre un secreter, se veían algunos libros y la prensa diaria, amén de varias revistas: unas de moda, decoración, y otras de las llamadas del corazón.





Mis Owen la recibió con alegría y cariño. La hizo sentarse frente a ella, y la ofreció desayunar juntas.  Aunque Elise, ya lo había hecho antes de salir de su casa, aceptó encantada una taza de té.  Ello la permitiría establecer una conversación y desbloquear la natural rigidez del primer encuentro.



Una vez hubieron terminado, comentaron el plan de trabajo:

- Deseo, en primer lugar, me lea la prensa diaria. Hay que estar al día de todo - dijo la dama riendo

- ¡ Desde luego ! Si le parece, daremos un repaso general y destacaremos los hechos más importantes

- De acuerdo, me parece bien.

Ya habían terminado  la primera parte de su cometido, y miss Owen había elegido para su lectura un libro que hacía tiempo había dejado abandonado, cuando aún podía manejarse con gafas y una lupa, para no perder su afición favorita

- Habremos de comenzar nuevamente. La verdad es que hace tanto tiempo que inicié su lectura, que algunas cosas se me han olvidado.  Pero me encantaba... Me gustan mucho las novelas románticas, intrascendentes, de mucho amor y sufrimiento, pero que terminan bien - apostilló riendo acompañada por Elise



 E iniciaron su lectura, interrumpida por una llamada de teléfono, que fue atendida por mis Owen

- ¡ Charles ! ¡ Mi chico querido ! ¿ Por dónde andas?  Hace días que no me llamas

- Discúlpame, tia Agnes.  He estado algo liado con algunos asuntos de la universidad. Bueno ya sabes:  exámenes, rectorado, y que posiblemente obtenga una plaza en Oxford. Pero bueno, eso son todo proyectos aún sin consolidar. Y tú ¿ qué haces?

- Cuando has llamado, has interrumpido mi lectura.  Tengo a una linda señorita que viene a leerme  y estoy muy contenta.  Debí hacerte caso hace tiempo, pero bueno,  ahora ha llegado Elise y creo que nos vamos a llevar muy bien.  Ya la conocerás cuando vengas a visitarme

- Me alegro mucho, tía. Iré por allí en breve, aunque no te puedo precisar cuándo. Ahora tengo que dejarte. Prometo llamarte con más frecuencia. Un beso enorme, y cuídate. Te quiero. Hasta pronto

- Hasta pronto chico querido.

Charles


Agnes Owen, colgó el teléfono sonriendo. En su rostro se podía ver el enorme cariño que sentía por su sobrino.  Miró a Elise, y la dijo

- Algún día te contaré esa parte de la historia... - y lo dejó en suspenso.


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