El otro lado del mundo - Capítulo 19 - Sexo, pero no amor

Y terminó su segunda novela larga que le llevó un año entero. Incluía un prólogo de la primera, para que el lector entrara en situación, aunque fuera someramente. Y la llevó de nuevo a la editorial: Al menos se quedaron con el manuscrito, y tardaron muchos días en establecer contacto con él.  ¿ Eso era buena señal ? Quién sabe: podría ser por buenas o malas noticias.

Una llamada de teléfono le instaba para presentarse en las oficinas editoriales, para tener una entrevista con el editor jefe. Eso sólo podría significar una cosa: había sido aceptada.  Llamó inmediatamente a Giovanni, que seguía de cerca el trabajo de su hijo.

- ¡ Cuánto me alegro, muchacho ! ¡ Por fin vas a despegar y tus sueños se irán cumpliendo poco a poco !
- No quiero hacerme muchas ilusiones, padre. Veremos qué resulta de todo esto.


Y resultó que aceptaron su publicación, y su petición de editarla también en Australia; de momento sería Sidney, y después ya verìan si lo ampliaban a  Adelaida o incluso a Melbourne. Estaba contento, muy contento.  Era optimista y sentía que al fin sus pasos estaban encaminados hacia ella.  Ahora sólo faltaba, que las amistades de su padre dieran el fruto y pudieran comunicarle, al menos, la última residencia de Anna Mariua, y por tanto de su familia.

Pero aún había de pasar algo más de tiempo; mucho tiempo, según él lo sentía.

Y de nuevo hemos de trasladarnos hasta Noosa Leads y conocer qué fue de Bella.  Había emprendido, junto a su familia una empresa de ampliación del hotel enfocado más al turismo extranjero que nacional.  Habían ampliado, por tanto,  el hotel, comprando unos terrenos colindantes al primitivo y a modo de bungalows comenzaban a recibir reservas de otros lugares de Australia. También había ampliado a una agencia de viajes, y contratado  para hacer excursiones a otros lugares costeros e inclusive con excursiones de varios días a Sidney.  El negocio marchaba bien, aunque habían invertido mucho dinero en ello.  Posiblemente las ganacias de los últimos años; pero todos estaban de acuerdo  en que fue una gran inversión con vistas a medio plazo.  Comenzaron a recibir reservas, y Bella se convirtió en el alma matter de todo aquello.  Estaban satisfechos de lo conseguido en tan poco tiempo.

- La chica tiene buen olfato - comentaba Maxim a Florence, su esposa y madre de Bella.

Y nuestra protagonista, había arrinconado en un lugar de su memoria, a aquel chico italiano de increíbles ojos azules, que conociera en su viaje a Italia, hacía algún tiempo.  Ahora su vida estaba ocupada entre el negocio y  Niall, un chico de la Metrópli que la gustaba, pero que no terminaba de formalizar ningún compromiso, ante los reproches del muchacho que no terminaba de comprender su actitud.Le había propuesto matrimonio, y obtuvo una negativa por respuesta

-  Llevamos dos años saliendo, ¿ no crees que es hora de formalizar lo nuestro?- la decía enfadado Niall
- Estamos bien así- respondía ella
-¿ Bien ? Francamente no sé con que carta quedarme.  Creo que no me amas
- Me acuesto contigo ¿ no ?
- ¿ Cuando ? Los fines de semana. Yo te quiero en mi cama a diario, y formar una familia contigo y tener hijos, pero creo que tú no estás por la labor.
- Mira Niall, tienes que darme tiempo.  Aún no estoy preparada. El negocio me absorbe bastante, y ahora no tengo tiempo para nada. El formar una familia, no entra en mis planes de momento. Lo siento, pero esto es lo que hay. Sé que es muy poco comprensivo por mi parte, pero hemos hecho muchas inversiones, y ahora me tengo que dedicar a ello.  Fuí yo la que metió a mi familia en todo este barullo, no puedo dejarles ahora.
- Tengo que ir a Londres por asuntos familiares.  Querría que me acompañaras, si no como esposa, que está claro que no va a ser, sí como mi prometida.  Mi familia lleva esperando esa noticia desde hace tiempo.
- Si quieres que tu familia se quede tranquila, puedes decirles que estamos prometidos, por mi no hay inconveniente
-Pero por el mio si que lo hay.  No quiero engañarles creyendo una cosa y al cabo del tiempo resulte otra. No es tan sencillo, Bella.  No puedo hacerlo
- Pues tu mismo. Yo no me comprometo ni contigo ni con nadie
- Pero ¿ por qué ?. Sólo encuentro una explicación: no me amas, así de sencillo.
-Niall, posiblemente tengas razón. En una ocasión me llevé una desilusión enorme con otro chico, que me defraudó tremendamente.  No quiero repetir la experiencia.  Es así de sencillo.  Podemos seguir como hasta ahora: sexo los fines de semana, cine, cena romántica, y cada uno a su casa.
- Te has convertido en una mujer fria y calculadora.  Muy lejos de aquella Bella que conocí. La otra me gustaba más
. .Lo siento, pero aquella otra se llevó la decepción más grande que puedas imaginar.  No deseo repetir la experiencia de mi abuela.  No volverán a romperme el corazón
- ¿ Estás segura ?  Posiblemente pases toda tu vida con él roto, pero habrás perdido otro amor sincero y verdadero.  He de respetar tu voluntad, porque yo si te quiero, y mucho. Está bien; partiré para Londres la semana próxima, a mediados.¿ No vemos este fin de seman ?
- Creo que no Niall. Pienso que es mejor que lo dejemos en este punto.  Yo te aprecio, pero para unirse de por vida a otra persona, se necesita algo más, y yo no puedo ofrecértelo. Así que vuelve a Londres y explica a tu familia lo que se te ocurra.  Te deseo lo mejor, aunque no te lo creas, pero es cierto.  Has sido un buen amigo y excelente amante, pero ahí termina todo.

Y Niall partió hacia Londres y Bella siguió con su rutina.  Pero el destino le guardaba una jugada inesperada para ella, que ni remotamente podría imaginar.  Pero aún habría de pasar algún tiempo

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