Madame Butterfly

Son los últimos días de luna de miel, en Montecarlo. Hemos estado en el Casino. Por primera vez Anastasia ha jugado y ha ganado, lo que le ha llenado de ilusión, a pesar de que sabe que no necesita el dinero, o quizá si lo piensa, para que sea algo ganado por ella misma y no a través de mi. Acudimos a la ópera. Me encanta la ópera. Representan Madame Butterfly, mi favorita de Puccini; no creo que ella sea una entusiasta de la ópera, no obstante mira con curiosidad el teatro, bellísimo, lujoso, y a las gentes que poco a poco ocupan sus butacas. Nosotros estamos en un palco cerca del escenario. Comienza la obertura y poco a poco vamos conociendo el drama de Butterfly y Pinkerton. Ana no pestañea y la miro de soslayo, sé que la gusta. Mi pieza favorita de esta ópera es el Coro a boca cerrada, y ella noto que se emociona envuelta en la maravillosa partitura de Puccini. Está a punto de que le salten las lágrimas de emoción. Me aprieta la mano que descansa sobre mi rodilla y me mira con una mirada de infinito amor. Amor por todo lo que la estoy mostrando y que ella desconocía y en lo que poco a poco la iré introduciendo hasta poner el mundo a sus pies.

Versión libre basado en la trilogía de E L James Cincuenta sombras liberadas

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