El vuelo de las golondrinas
Aquí está el homo sapiens, que de sapiencia veo que tiene poco, plantando sus pies y pensando que no va con ellos. No queridos, ha venido para quedarse por largo tiempo. Y una de dos, nos ponemos las pilas y hacemos lo que nos dicen, o todo se va de nuevo al carajo, así de sencillo. Luego nos lamentaremos y buscaremos un chivo expiatorio a quién culpar, cuando los únicos responsables hemos sido nosotros.
Esta mañana me levanté y como una costumbre adquirida durante el confinamiento, levanté la persiana de mi habitación y miré al cielo. Hacía tiempo que no presenciaba tanto alboroto en las golondrinas. Muchas muchísimas revoloteaban juguetonas una tras otras, incesantemente llenando el aire de alegría. Pasaban muy cerca de mí, tanto, que una de las veces tuve que retirarme para que no se estrellaran contra mi cara. Y eso me hizo feliz, y añoro los días de reclusión en que sólo los animales campaban por nuestras calles, tranquilos y confiados.
Cuando el sol apriete, ellas volverán a sus nidos, hasta el atardecer en que vuelven al recreo y los humanos salen a pasear, unos conscientes, con mascarilla, guardando distancias. Y otros a su aire como ni nada hubiera pasado. No me extraña la indignación de las personas que han perdido a un ser querido ayudando a otros o sencillamente porque se contagiaron, y su pérdida no ha servido de nada.
Y volverán las oscuras golondrinas sus nidos a colgar.... como dijera el poeta.
Autora: #1996rosafermu
Derechos de autor reservados.
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